Foto por: hectorpaula
Esta foto la tomé en el barrio la Barquita, un lugar muy pobre a orillas del río Ozama.
Para ir a este barrio hay que bajar por una pendiente de pobreza. Es el tipo de fotos que no me gusta publicar, pero tenemos que ver también estos lugares porque son humanos igualitos que nosotros, con la diferencia de que viven en la extrema pobreza.
Este niño, en medio de su inocencia descansaba al lado de toda esta basura, expuesto a microbios y bacterias. Estas realidades circundan las grandes ciudades de todos nuestros países.
Los hay en todas partes.
La brecha entre pobres y ricos está demasiado grande.
Siempre vamos a tener pobres, Jesús lo dijo, pero, cuando observo esta foto y me acuerdo de que en el perro de los Clinton se gastaban 10,000 dólares mensuales, entonces mi alma se llena de indignación.
Bueno mejor no sigo.
Dios les bendiga,
Héctor Paula
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